Hablemos de todo

lunes, 2 de junio de 2014

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Bajo la noche dulce, la paz es creciente, pensemos —me dije— pero por qué en plural si eres uno solo —se preguntan—. No soy uno solo, soy varios y ninguno, cambio según la hora del día, soy feliz, soy triste, me amargo y me endulza la noche, fresca y silenciosa.
Vi a la luna encontrarse con el sol, en una conversación corta.
Luna, eres pequeña —dice el sol— y aún así eres capaz de eclipsar mi grandeza.
Sol, tan ardiente y radiante —dice la luna— te eclipsa la perspectiva, no yo, es la manera en que ellos ven al cielo.
El mundo observando en silencio, aprendió, todos ven, lo que quieren ver y todos oyen, lo que quieren oír.
Yo en un libro aprendí que a pesar de aprender, olvidamos lo aprendido, si no lo practicamos, si no lo repasamos. Aprendamos a aprender, aprendiendo aprenderemos y mejoraremos el futuro, no repitamos, no memoricemos, solo practiquemos, busquemos nuevas cosas, busquemos lo brillante, lo que nos llame la atención, así como la luna busca al sol y el sol la hace brillar. El sol ama a la luna y la luna ama al sol, es un tierno pensamiento, ingenuo para algunos y sin embargo lo creemos, sí. Amemos más que ser amados, así aprenderemos que solo con amar, seremos amados, si es sincera tu intención, solo basta una mirada para creer que eres una bendición.