Mi ángel

viernes, 5 de abril de 2013

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No sé cómo empezar, tenía tiempo de no escribir, no sé cuanto, pero no era porque no quisiera, era porque no me había dado cuenta de lo más obvio, para alguien que escribe, el mejor momento para escribir, es cuando todos duermen, pues, es en ese preciso instante que los mejores pensamientos no le pertenecen nadie, esa frase no me pertenece, pero es bastante ingeniosa, en fin, ese momento donde una lluvia de historias caen para hacer del imaginario un nuevo mundo.

Maravillado con cada una de las cosas nuevas que he aprendido en los últimos meses, me siento una noche a escribirle a ella, ella que me enseñó muchas cosas, cosas que ahora recuerdo, como si mi inconsciente se pusiera de acuerdo con el momento, para mandarme todas esas imágenes. Brota una lagrima, pero no de tristeza, sino de felicidad. A pesar de que ya no está presente físicamente, todo su ser está conmigo, su esencia, su felicidad y por ella soy mas fuerte, por ella sé que estaré bien, pues esté donde esté, me cuida, como siempre solía hacerlo.