Mi ángel

viernes, 5 de abril de 2013


No sé cómo empezar, tenía tiempo de no escribir, no sé cuanto, pero no era porque no quisiera, era porque no me había dado cuenta de lo más obvio, para alguien que escribe, el mejor momento para escribir, es cuando todos duermen, pues, es en ese preciso instante que los mejores pensamientos no le pertenecen nadie, esa frase no me pertenece, pero es bastante ingeniosa, en fin, ese momento donde una lluvia de historias caen para hacer del imaginario un nuevo mundo.

Maravillado con cada una de las cosas nuevas que he aprendido en los últimos meses, me siento una noche a escribirle a ella, ella que me enseñó muchas cosas, cosas que ahora recuerdo, como si mi inconsciente se pusiera de acuerdo con el momento, para mandarme todas esas imágenes. Brota una lagrima, pero no de tristeza, sino de felicidad. A pesar de que ya no está presente físicamente, todo su ser está conmigo, su esencia, su felicidad y por ella soy mas fuerte, por ella sé que estaré bien, pues esté donde esté, me cuida, como siempre solía hacerlo.


Un bello lugar, en el que a ella le gustaría estar; blanca nieve, por todo el lugar, los árboles con sus trajes de gala blanco, el amanecer en su mejor punto, cuando el sol está presente, pero no es molesto, sino que acaricia con una suave y cálida sonrisa. Ella se ve feliz, corre de un lado a otro mientras cae la nieve, gira mientras mira el cielo azul, brillante limpio, puro justo como ella y ama su momento, ese mágico momento que se crea al saber que puede sonreír, sonreír, porque sabe que estoy bien, porque estoy feliz y que la recuerdo como mi ángel.
Siempre me ha parecido que escribir me libera y en este preciso instante siento felicidad por poder visualizarla de esta manera, quiero que ustedes también la imaginen. De cabello negro largo, blanca, ojos expresivos, de un color negro azabache y un brillo de felicidad, hermosa sonrisa, tiene un vestido de muñeca blanco con puntos rojos y unas zapatillas rojas, es mi niña y es feliz. No hay imágenes que mostrar, simplemente imagínenla, justo como yo lo hago, pues ya no puedo verla.

Nunca se rindan, ni cuando sientan que han perdido todo, porque en ese momento sabrán de qué están hechos. Pueden resistir, van a pensar que no, pero deben luchar, para salir adelante, como lucha una madre por sus hijos, lucha para que siempre estén bien, valoren eso y luchen por estar bien, porque estar bien lo vale, sonreír es el mas grande tesoro que tenemos, pero sonreír con el corazón, con verdad y sinceridad, sonreír los va a liberar de tanto peso, aunque parezca difícil, sólo háganlo.

Háganlo, sonrían y todo será mucho mejor.

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