Algo del pasado

miércoles, 12 de septiembre de 2012



Despertar, decirle buenos días para alegrarla, desear que le fuera bien y que me recordara durante su día. Que supiera que aun estaba ahí, que no la había dejado de amar. Aunque no fui lo suficientemente seguro con ella, me equivoque varias veces, lo que me llevo a este día; el día en que no sabría nada de ella. No hubo respuesta, como de costumbre, no era común que me respondiera esos mensajes, de mi parte no hubo preocupación, hasta llegar la noche.

 Día 1.
Durante el transcurso del día, hice todo lo que me tocaba hacer, ir temprano al parque Apolo, un lugar al que suelo ir para tomar el bus de la universidad. Llegar a la universidad, sentarme en una silla y escuchar la clase, haciendo aportes de vez en cuando para que el profesor notara que estaba presente.
Atraer la atención de las personas con la mirada es algo natural en mí, cuando siento interés por algo, se marca muy fácil en mi rostro y esto hace que las personas se sientan más seguras de contarme cualquier cosa. Escuchar, lo mejor. Simplemente fascinante escuchar a las personas, me limito a escuchar y aportar algunas cosas que sé que quieren oír en una conversación. Esa clase, una de mis favoritas durante este semestre, fue como siempre, excelente. Al finalizar, hablamos un rato con el profesor y luego nos esparcimos, cada quien buscando a sus amigos. Acostumbro estar solo y hacer todo solo, es mejor ya que puedo pensar, terminar mis cosas rápido, pero esa clase la doy con un amigo que conocí el semestre pasado, en la inducción, desde entonces no se despega de mi lado y casi siempre hacemos todo juntos, en fin, caminamos en busca de un lugar para sentarnos y hablar, como de costumbre el habla de todas las cosas que quiere hacer y de las mujeres de la universidad, le prestó poca atención, pero nos divertimos, le parece gracioso contarme cosas mientras yo finjo escucharlo, a veces se enoja pero siempre termina riendo. Mientras caminábamos en busca de un lugar para sentarnos, vimos a lo lejos a nuestro grupo de amigos y amigas, cuatro mujeres y dos hombres, solo faltábamos nosotros.
Nos sentamos y comenzamos a hablar de todo lo que teníamos para la semana y de lo que haríamos el fin de semana, hablamos del parcial que el profesor de Comunicación de Masas ya nos había puesto para el corte final. Algo que me alegra mucho oír "Corte Final" se acerca el final de este semestre. También hablamos de un asesinato que hubo en Bogotá, algo raro, nosotros afirmamos que fue un asesinato, porque los hechos narrados no fueron claros y da la sospecha de que fue un homicidio, mantuvimos esa conversación durante dos largas horas, hasta que llego el momento de la siguiente clase de algunos de mis amigos, mientras otro amigo y yo, comprábamos tickets para montarnos en el bus e ir de vuelta al parque Apolo. Esperamos no menos de cinco minutos a que llegara el siguiente bus para irnos. En el transcurso del viaje de regreso, mi amigo se durmió y yo me puse los audífonos para escuchar algo de música, no acostumbro a dormir en los buses, prefiero observar el paisaje, el horizonte o las diferentes formas de las nubes, a veces jugar con mi imaginación, pensar en muchas cosas, ese día no pude imaginar nada, solo pensaba en ella, las canciones y todo me recordaban a ella, también pensaba en lo idiota que había sido y en como demostrarle que si iba a cambiar. Llegamos al parque, desperté a mi amigo y nos bajamos, acostumbramos caminar del parque Apolo hasta donde se ubicaba la India, la India, es el lugar donde prácticamente la mayoría de los buses pasan, pues si como les venía diciendo, en el transcurso del camino, me dieron ganas de comprar un McFlurry, solamente lo compro por el arequipe que le echan -amo el arequipe- entonces llegamos al Éxito y compre mi dichoso helado con arequipe, le dije a la que atendía que le echara mas arequipe, por supuesto le pague por ello, una señora que también estaba allí, hizo una cara de asombro al ver la cantidad de arequipe que traía mi helado, recibí el McFlurry y salimos del supermercado, al llegar a la India, mi amigo se montó en su bus y yo en el mío, diez minutos me llevo llegar a mi casa. Busqué las llaves y puse el helado en un muro mientras abría, luego lo tomé de nuevo y subí las escaleras de mi casa, entré y allí estaba mi mamá, al ver el vaso del helado, abrió la boca para pedírmelo, pero ya se lo había ofrecido así que solamente se limito a recibir el vaso y comer el helado. Ya no tenia arequipe, me lo reprochó, de ella heredé lo dulcero. Caminé hasta mi cuarto y me quité los zapatos me recosté en mi cama y miré el celular, a ver quién me había hablado durante el tiempo que estuve caminando, también con la esperanza de ver el icono de mensaje de PIN, esperaba ver que ella me había hablado, pero no, allí no había ningún icono y mi ilusión se deshizo. Conté las horas para que fuera de noche y la hora en que ella estaba libre para hablarle o esperar que me hablara, mientras tanto me duchaba e iba al gimnasio, dejo el celular en mi casa, porque después de una experiencia que tuve hace unos días, tengo miedo de salir con él y perderlo. Cuando volví del gimnasio, me volví a bañar y revise el celular con la misma ilusión. Cené, mientras vi televisión con mi mamá. No recibí ningún mensaje de su parte así que la saludé yo, espere mientras respondía, pasaron las horas y no me hablo. Luego le envíe otro mensaje y tampoco lo respondió, era tarde a esa hora supuse que debía estar dormida, así que no le mande mas mensajes.


Día 2.
Al día siguiente, desperté con la ilusión de que me hubiera respondido algo, pero no, todas esas ilusiones se deshicieron como el humo cuando lo espantas con la mano, lo espantas pero sigue el olor del humo. Bueno así fue la ilusión, al ver que no había ningún mensaje se deshizo la ilusión y detrás el dolor que dejó. En ese momento comprendí lo que me había dicho dos días atrás "Definitivo, me voy" se iba de mi vida, algo dentro de mi ya lo sabía, pero no había querido aceptarlo, hasta ese momento, aun no estaba completamente convencido de que fuera así, le mande un mensaje, algo que normalmente ella respondería, no hubo respuesta. No fui a la universidad. El dolor me consumió, debía aceptar que ella había tomado la decisión de irse, tarde o temprano lo haría y todo por mi propia culpa. La había alejado de mí con mi indecisión y mi inseguridad. Lloré, lloré tanto que me dolía todo, no sabía qué hacer ni que pensar, quería mandarle un mensaje, pero sabía que iba a ser inservible, ella no iba a responderlo. Solo me quedaba llorar como un imbécil por un mal que yo mismo había causado, perdí a la mujer que más he amado en este mundo, la ame sin necesidad de tocarla, la sentía conmigo a mi lado sin necesidad de verla, la ame como a nadie he amado, la verdad no estoy seguro de que es el amor, pero como me hacía sentir ella era lo mejor, tanta vida, tanta alegría que me recorría cuando le hablaba, mi corazón palpitaba más de lo normal, sentía un calor que me cobijaba de los pies a la cabeza. Aun así fui un idiota que no supo hacer nada y lo echó a perder todo. Ese día cumplió mi mamá, fue como todos los años, solo nosotros cinco, juntos en familia, deje de llorar para prepararle el almuerzo, almorzamos juntos luego compramos una torta y helado, lo partimos y comimos, rico postre. Me cambie para ir al gimnasio, mis papas salieron, luego volví a mi casa, me senté en el pc y hable con algunas personas, revise el celular de nuevo, pero aun nada. Ya estaba convencido de que se había ido. Me vi una novela que suelo ver, pues la única que veo porque me divierte, también por una actriz, la protagonista, es muy hermosa y el papel que desempeña la hace ver más hermosa aun, es algo así como que me enamoré del personaje y quisiera que existiera, pero como todo lo que se quiere no se puede tener, simplemente me aguanto las ganas y solo la veo, ella es mona, a decir verdad la única mona que me ha gustado en toda mi vida, ella. Apenas acabo, me acosté, quise escribirle de nuevo, pero no sabía que, así que escribí esto, pero no fui capaz de enviarlo.


Día 3.
Estoy pensando mucho en ella. Apenas comienza el día, ya amanece, no he dormido nada. La cama es incómoda, o tal vez es mi dolor de espalda el que no se acomoda, me hace dar vueltas, buscando posiciones para estar un poco más a gusto, es inútil. Intento dormir, cierro los ojos pero no puedo conciliar el sueño, su imagen viene a mi mente, la imagen de la primera vez que la vi, aun recuerdo ese momento, vive en mi, a decir verdad, es mi mejor recuerdo, ella subiendo las escaleras de su universidad, el sol que le acariciaba el rostro con sus suaves destellos, la hacía ver más hermosa, sonreía, ella una maravilla y yo me derretía, me sentía el más afortunado del mundo, verla era simplemente fascinante y no podía hacer otra cosa que admirarla. Se acercó, mi corazón se aceleraba, sentía como quería salir de mi pecho, emocionado porque ella estaba en frente de mi, la abrace, fue hermoso, es pequeña, perfecta, la tenía en mis brazos, no quería apartarme de ella, su abrazo, me hizo sentir vivo, sentí su olor que se mezclaba con el olor de la mañana, dulce, delicioso. Era ella tan hermosa, su voz tan tierna, solo puedo amarla...
... Despierto, aun estoy con la esperanza de que me hable, me diga cualquier cosa, miro el celular, nada.
Me levanto de mi cama, me siento cansado, voy al baño, me cepillo los dientes, veo por la ventana, llueve, el día tan triste que quiere alcanzar mi sensación de soledad y tristeza, aun le falta. Voy a la cocina a buscar algo de comer, encuentro un pedazo de torta, lo agarro, me sirvo un poco de gaseosa, vuelvo a mi cuarto y enciendo el portátil, voy comiendo mientras espero que el aparato termine de arrancar.
Facebook, Twitter, Ares, el Msn se daño así que no lo abro, reviso quien está conectado, nadie con quien me interese hablar, abro un juego, Word y el correo, empiezo a hacer un trabajo, cuando estoy aburrido, minimizo todo y juego, así hasta que me aburra del juego y sigo haciendo el trabajo. Mi hermano se levanta, va a la cocina y vuelve, al volver me quita el pc, guardo todo, cierro mis cuentas, me levanto de la silla y me acuesto de nuevo, pienso en ella, tanto que se me da por llamarla, primer intento, se va a buzón, segundo igual, la llamo al otro número, dice que esta fuera de servicio, me pongo triste, intento dormir, no puedo, algo me dice que siga intentando, llamo, timbra, pero no lo contesta, Luis sigue intentando, quieres escuchar su voz, en el sexto intento, contesta, su voz tan dulce, tan tierna, me enamora, la había despertado, me siento culpable, me siento triste, escucharla después de tanto, ha estado ocupada, no ha tenido tiempo, yo pensando en que se había ido. La amo, cuelga, seguirá durmiendo y yo extrañándola...



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