Colores

miércoles, 25 de julio de 2012


Aquel día caminando por un campo verde, iluminado por la luz del sol, que brindaba claros destellos a un pequeño lago cristalino, me acosté a ver las blancas nubes que paseaban empujadas por el viento atravez del cielo azul, una que otra nube traía una forma para jugar con la imaginación.
Los animales cantaban, un pequeño canario amarillo, revoloteaba sin cesar al rededor del tronco café de un árbol, al oírlo cantar su bella melodía, la recordé a ella en su vestido rojo, recogiendo naranjas grandes y frescas. Ella era tímida, pero cuando la conocías sabías que habías encontrado una gran persona, agradaba a los animales, cantaba y alegraba las grises mañanas de cualquiera.



Hoy iba a encontrarme con ella, estaba demorado, sentí vergüenza por llegar tarde, al verla, sus rosadas mejillas se tornaron más intensas, se sentía apenada, eso la hacía ver más tierna, más dulce y más bella, en esta ocasión iba con un vestido violeta, combinaba con el atardecer, que de azul cielo pasó a violeta. La luz del sol hacía que su rostro resplandeciera, para mi era un ángel, nos sentamos a observar y esperar que el sol desapareciera completamente, sentía su suave piel tocar la mía, su cabello dorado caía sobre su hombro, su mirada tierna, llegaba a lo más profundo de mi alma, me conocía, solo con tocarla, mirarla, tenerla cerca mi mundo se transformaba, no había oscuridad, solo su hermosa sonrisa.

Veía los colores vivos, porque ella existía y yo era feliz.

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